lunes, 4 de octubre de 2010

Aventura Egypcia IV Parte: Valle de los Reyes

El sábado 26 de Abril, muy pero muy temprano por la mañana, aún no había salido ni el sol, empezamos nuestra andadura hacia el aeropuerto de El Cairo para tomar el avión hacia Luxor. Nuestra aventura comenzó desde el mismo momento que tomamos el taxi que nos iba a llevar a nuestro destino.
Sin darnos casi cuenta, porque a esas horas nadie es gente, estábamos montadas en un coche casi destartalado, literalmente, que nos servía de transporte. Un amable señor de aproximadamente 80 años, o eso aparentaba, era el conductor. Vale, no pasa nada, en esas tierras todo es posible, el hecho a destacar es que en el tiempo que duró el recorrido por la autovía, de 6 carriles o más, nuestro coche se apagó en dos ocasiones, ahí en medio todo, y este majo señor para solucionar el problema lo que hacía era bajarse en plena vía y con algún tipo de instrumento que nunca pudimos reconocer,  se dirigía a la parte delantera del auto y digamos que lo reiniciaba!!! Así de simple, como si nada, tipo Los Picapiedras!!! Vamos, que empezamos el día super tranqui, jajaja!
Ok, superados los inconvenientes del transporte llegamos sanas y salvas al aeropuerto donde tomamos nuestro vuelo directo a uno de los sitios más mágicos e increibles que en mi vida he podido ver, no tanto el lugar en sí sino por las fantásticas cosas que guardaba escondidas dentro.
Una vez allí, cogimos el taxi que nos llevaría a nuestra primera parada: El Valle de los Reyes.
Solo puedo decir que lo que yo ví allí jamás lo podré olvidar, y sobretodo, si ya tenía preguntas sin respuestas de lo que era la vida en épocas pasadas, desde ese momento se multiplicaron y más.
Montañas de roca y arena hospedaban dentro de ellas cámaras con tumbas alucinantes de Faraones, de tamaños imposibles, que pudimos ver y tocar con nuestros propios ojos y nuestras propias manos, realmente inimaginable, llenas de lo que eran sus tesoros con paredes decoradas de principio a fin con jeroglíficos sin dejar un solo mínimo espacio vacío donde se contaba toda la vida de la persona enterrada en el lugar. Los diseños de los jeroglíficos son tan perfectos que parece imposible que los haya podido dibujar un hombre a mano. Cada historia era fascinante, cada cosa era fascinante. Jamás me hubiese podido imaginar que dentro de esas puertas tan pequeñas y dentro de esas montañas de tierra se puediesen encontrar semejantes maravillas.
Creo que todas las personas deberíamos de ir aunquesea una vez en la vida a ver eso, porque mis palabras se quedan cortas, y lamentablemente no pude hacer fotos en el interior, solo os coloco fotos del exterior donde no se aprecia nada de lo que pude ver, pero es lo único que se podía fotografiar.

O.C.

2 comentarios:

  1. Me encanta tu experiencia Olga¡¡¡ Ya me estan entrando unas ganas terribles de verlo...
    ¡¡¡jooo, yo quiero ir¡¡¡

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  2. Si puedes hacer ese viaje no dejes pasar la oportunidad, es realmente alucinante :)

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